El carbono no solo se almacena en los bosques de todo el mundo, sino también en los suelos saludables, que absorben agua y se convierten en la base de la vegetación local y los hábitats de incontables especies. No obstante, este equilibrio natural se rompe cuando los terrenos se usan de forma continua y descontrolada como pasto para el ganado. Esta es la razón de ser de nuestro proyecto climático que abarca más de 2 millones de hectáreas de terreno en el norte de Kenia. Estableciendo prácticas de pasto rotatorias más sostenibles, el suelo tiene tiempo de recuperarse de las agresiones externas y mantenerse saludable. Un pequeño cambio con efectos muy significativos para la protección del clima y el bienestar de las comunidades locales: cuanto más carbono se almacene en el suelo, más agua podrá retener el suelo durante periodos secos, que a su vez ayudará a las comunidades locales a combatir los efectos del cambio climático y la sequía.
Desde el punto de vista de la diversidad, un suelo mejorado y unas técnicas de pasto de mayor calidad también consiguen un ganado y un ecosistema más saludables, así como hábitats para la fauna local, que incluye cuatro especies endémicas en peligro: el rinoceronte negro, la cebra real, la jirafa reticulada y el órix beisa.
Para las comunidades locales, este proyecto supone la diversificación de sus métodos de financiación, dar trabajo a la comunidad, proporcionando todos los suministros necesarios y apoyando las necesidades específicas de cada una - incluyendo agua potable, acceso a la educación, o proyectos relacionados con infrastructuras como residencias escolares, viviendas para profesores, abastecimiento de agua, o la construcción y mantenimiento de instalaciones sanitarias.