Pero es cierto que el sudor es inodoro y únicamente desprenden olor dos áreas de nuestro cuerpo. ¿Adivinas cuáles son? Sí, las axilas y el pubis ya que en ellas se localizan unas glándulas sudoríparas especiales que junto con el sudor secretan unos ácidos grasos y proteínas que fermentan al entrar en contacto con las bacterias alojadas en la piel.
Tal vez incluso hayas notado sudor en las manos. Algo que apreciarás especialmente en situaciones de estrés, miedo o incluso excitación. Claro, en ellas se concentran con especial énfasis las llamadas glándulas sudoríparas que se reparten por todo el cuerpo y que nos ayudan a regular nuestra temperatura.
Y sí, los pies sudorosos los sufrimos todos. En ellos encontramos una auténtica legión de glándulas sudoríparas –unas 250.000– que son las causantes del sudor. En principio es algo muy natural que no debería alarmarnos. Conviene, en estos casos, prescindir de zapatos muy cerrados cuando llega el verano o que estén confeccionados con materiales como el plástico que impiden transpirar al pie.
Aunque los niños también sudan, es indudable que éste no huele mal como el de los adultos. Sin embargo, cuando llega la pubertad las hormonas despiertan y comienzan a fluir los malos olores.
Pero hay maneras de evitar el molesto sudor en las axilas, que es el que más nos quita el sueño, especialmente tras la práctica de algún deporte. Y es ahí donde un desodorante puede obrar maravillas. En NIVEA encontrarás una amplia gama de productos. Únicamente has de elegir el que más vaya contigo: roll-on, en spray, antitranspirante, formato bolsillo o especial antimanchas, entre muchos otros.