●Mezclamos todos los ingredientes de manera homogénea.
●Si observas que te ha quedado un tanto espesa, puedes incorporar un poco de agua.
●Introduce los pies en un barreño con agua caliente; mantenlos en remojo unos 5 minutos.
●Con una piedra pómez o un limador de durezas, elimina la piel muerta de la planta primero de un pie y luego del otro. Quizás te ayudará humedecer de vez en cuando la piedra o la lima si te lleva más tiempo del deseado.
●Después, saca uno de los pies y aplica la mezcla preparada anteriormente. Colócalo sobre una toalla y envuélvelo. Repite el proceso con el otro.
●Ambos pies deben descansar unos diez minutos con este ungüento.
●Una vez transcurrido este tiempo, sécalos, aplica el exceso de producto con un suave masaje.
●Conviene repetir este ritual cada cinco días hasta que aprecies una mejoría en el aspecto de la piel de las plantas.