Por supuesto, el champú que usamos para lavar el pelo cobra una especial relevancia. Por lo tanto, no te confíes a cualquier producto. En este sentido, conviene que sepas que en los últimos años ha ganado protagonismo la tecnología micelar, por su gran capacidad para atraer la suciedad y arrastrarla, tanto los residuos grasos como las partículas de polvo, pero sin necesidad de utilizar detergentes agresivos. Así, se emplea mucho para la limpieza de la piel, pero también se incluye en la formulación de muchos champús. En concreto, en NIVEA encontrarás nuestros champús micelares en diferentes versiones: hidratante, reparador y purificante. Este último, sin ir más lejos, limpia en profundidad, hidrata el cabello, al tiempo que respeta el pH natural del cuero cabelludo.
En el caso del cabello masculino, también puedes optar por las distintas alternativas de champú NIVEA MEN, donde especialmente el Champú Active Clean limpia profundamente y cuida el cabello al mismo tiempo. Su fórmula contiene carbón activo, que actúa como un imán para la suciedad y limpia el cabello a fondo, eliminando todo tipo de residuos, incluidos el exceso de sebo y los restos de productos de styling como ceras, lacas o gominas.
En definitiva, si sigues estos consejos la limpieza de tu pelo te acompañará durante días y días.