El ácido láctico es un alfahidroxiácido (AHA) hidrosoluble de origen natural que el cuerpo produce cuando descompone la glucosa en una fuente de combustible cuando los tejidos no están suficientemente oxigenados. También se encuentra en una serie de alimentos fermentados, como los productos lácteos, las verduras en escabeche y el pan, entre otros. En el cuidado de la piel, el ácido láctico es famoso por su capacidad para eliminar las células muertas y mejorar la textura de la piel.
Por eso suele encontrarse en limpiadores, exfoliantes y sérums, que potencian sus propiedades exfoliantes a nivel superficial, así como sus propiedades hidratantes y antienvejecimiento. El ácido láctico también ayuda a mantener el pH ligeramente ácido de la piel, conservando la barrera natural de hidratación.