Lo cierto es que a casi todos nos gusta lucir un moreno bonito, pero en ocasiones éste parece que dura un suspiro, sobre todo cuando regresamos al trabajo y nos recluimos entre cuatro paredes.
Ten presente que la piel se encuentra siempre en constante renovación celular y no tarda en recuperar su color natural en cuanto cesa la exposición solar.
Pero, como decíamos, existen muchas maneras de conseguir un bronceado duradero y, desde luego, lo que comemos juega un papel fundamental:
- La zanahoria y el tomate, ambos ricos en carotenos, estimulan la producción de melanina. También los alimentos con abundancia de vitaminas B y E, como el pescado y las legumbres, prolongan el bronceado. ¡No olvides tampoco el omega 3!
- La nutricosmética se ha convertido en un gran aliado del bronceado, así que consulta todas las opciones que te ofrece el mercado y decántate por una.
- Utilizar factores de protección adecuados a tu fototipo y a la intensidad de la radiación solar a la que te vas a exponer. De lo contrario, tu piel sufrirá y acabará pelándose.
- La hidratación no puede faltar si nuestro propósito es alargar el bronceado durante el máximo tiempo posible. Recuerda, por lo tanto, beber abundantes líquidos, pues en una piel deshidratada el bronceado es un visto y no visto. Y por supuesto, aplicar cremas que le proporcionen hidratación a tu piel y que eviten que su agua se evapore al sol, tanto durante la exposición solar como después de ella.
- Exfoliar antes de la exposición solar también juega a nuestro favor, así que no olvides hacerlo antes de empezar la temporada estival.