Como la piel de los niños aún no ha desarrollado su mecanismo de protección natural, con carácter general se dice que esta puede protegerse a sí misma durante aproximadamente 5 minutos antes de que el sol la afecte. Con la crema solar se puede prolongar ese tiempo de protección, pero es necesario que se reaplique varias veces al día; sobre todo después de estar en el agua. Los niños deberían usar un factor de protección solar como mínimo de 30. Esto prolongará la protección a dos horas y media, aproximadamente. Aún así, la crema solar ideal debería ser de más de 50 FPS