La dermatitis atópica comúnmente conocida como piel atópica es un problema crónico de la piel que cursa en brotes coincidiendo con los cambios de estación, con el clima poco húmedo, con el estrés. En la mayoría de casos, tiene un origen genético, siendo frecuente encontrar varios miembros de la familia afectados de dermatitis en la piel o incluso de asma o distintos tipos de rinitis alérgicas, conjunto de síntomas que se conocen como “estado atópico”.
Este problema cutáneo puede verse agravado por circunstancias diversas como la contaminación de las ciudades, el frío, el clima seco, una higiene excesiva, el cloro del agua o una falta de hidratación de la piel, entre otros factores ambientales.
Pero afortunadamente la piel atópica, que cursa las típicas placas de dermatitis de piel roja y descamativa que pican y escuecen, puede controlarse con los debidos cuidados. ¿Cuáles son estos? Te lo contamos a continuación, aunque primero vamos a hablar un poquito más acerca de la piel o dermatitis atópica.