Numerosos estudios han demostrado las propiedades de la creatina en la reducción de las arrugas y la flacidez de la piel. Entre ellos, los investigadores de nuestros laboratorios ya comprobaron hace una década sus beneficios y desde entonces este poderoso ingrediente ha sido clave en nuestras fórmulas anti-edad para optimizar la eficacia y los resultados de los tratamientos NIVEA.
Ya hemos visto lo importante que es la creatina para el metabolismo energético en nuestro organismo. En la piel ocurre lo mismo. La creatina apoya el metabolismo energético a nivel celular, estimulando la producción de colágeno, la proteína fundamental para formar esa red de fibras que dan estructura y reafirman el tejido conectivo, y tan necesaria para la firmeza y tersura de la piel. La creatina también contribuye a la hidratación y regeneración de la piel. Sin embargo, como sucede con otros muchos ingredientes orgánicos, su producción natural disminuye con la edad, por lo que se hace necesario reforzar su presencia mediante fuentes externas si queremos mantener la juventud de nuestra piel.
Además, mejora el rendimiento atlético, contrarresta la pérdida muscular motivada por el envejecimiento de la persona, incrementa la fuerza muscular, favorece la memoria cognitiva y reduce la fatiga mental. Por lo tanto, parece más que claro para qué sirve la creatina y cómo puede beneficiar a nuestra salud en general y a nuestra piel en particular.