Lo cierto es que nuestra piel comprende tres capas principales, con funciones bien diferentes, y cada una de ellas formada por varias subcapas a su vez. Toma nota de sus nombres y los cometidos que tienen asignados:
- La epidermis: es la capa más superficial, en contacto con el exterior, que protege nuestro organismo de las agresiones externas. En esta capa encontramos altas concentraciones de queratina, la sustancia que junto a los lípidos epidérmicos, impermeabiliza y fortalece la piel, formando su barrera protectora. Cuando faltan los lípidos, la piel puede llegar a estar seca y puede percibirse tirante y áspera.
La epidermis está cubierta por una emulsión de agua y lípidos (grasas) conocida como película hidrolipídica. Esta película, mantenida por secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas, contribuye a mantener la piel flexible y actúa como barrera adicional frente a bacterias y hongos. La epidermis es el asiento de los poros de las glándulas sudoríparas y las aberturas de las glándulas sebáceas.
Además, en la superficie de nuestra piel vive una selva invisible de microorganismos llamada microbioma, cuyo principal cometido es defendernos de las agresiones externas, fortaleciendo la inmunidad de la función de barrera y contribuyendo así a mantener la salud de la piel.
- La dermis: es la capa intermedia de la piel, y es gruesa, elástica y firme porque está compuesta fundamentalmente por colágeno y fibras de elastina, tejidos conectivos que le confieren fuerza y flexibilidad y que son los componentes vitales de la piel sana y de nuestro aspecto juvenil. La dermis desempeña un papel clave en proteger el cuerpo frente a influencias irritantes externas, así como en nutrir las capas más externas de la piel desde dentro. Su textura gruesa y firme ayuda a amortiguar los golpes externos y a reparar los daños. Es rica en vasos sanguíneos que nutren la epidermis y también eliminan los desechos.
Además, en la dermis encontramos las glándulas sebáceas, que liberan sebo o lípidos en la superficie de la piel y las glándulas sudoríparas, que son las encargadas de producir y liberar el sudor en la superficie de la piel. La dermis también contiene vasos linfáticos, receptores sensoriales, que transmiten al cerebro nuestras sensaciones y raíces pilosas, donde se forma nuestro pelo.
- La hipodermis o subcutis es la capa más interna de la piel, que almacena energía mientras aísla el cuerpo y lo almohadilla como un sostén flexible y maleable. Se compone principalmente de adipocitos o células adiposas que producen y almacenan grasas, fibras de colágeno especiales que ablandan y esponjan los tejidos conectivos y que mantienen juntas las células adiposas y por último de vasos sanguíneos. El número de células adiposas que contiene el subcutis difiere en las distintas partes del cuerpo
Así que efectivamente urge cuidarla muy bien porque ella nos cuida de maravilla a nosotros, pero es cierto que en ocasiones no somos todo lo meticulosos que debiéramos.