Si el tabaquismo figura entre tus vicios, toma nota porque favorece el desarrollo de arrugas (sobre todo alrededor de la boca) y apaga la tez. No en vano, deteriora la piel por la acción del estrés oxidativo e impide el funcionamiento de las defensas antioxidantes del cuerpo frente a los temidos radicales libres que provoca.
Lo cierto es que la nicotina estrecha los vasos sanguíneos de la piel y, por lo tanto, reduce el flujo de sangre hacia la piel. Esto ocasiona que no reciba una cantidad óptima de nutrientes y oxígeno.