Conviene empezar nuestra explicación hablando un poco de ellos. Así, la versión en spray de desodorante tiene como ventaja su gran poder refrescante sobre la piel, y además no deja rastro de manchas en la ropa en el momento de su aplicación, pues se seca con gran rapidez. Un factor importante si solemos vestirnos con prisa y estamos hartos de tener que enfrentarnos a recurrentes manchas en nuestras prendas.
Sin embargo, algunos de ellos contienen alcohol y por este motivo debemos ser cautelosos si acabamos de depilarnos o nuestra piel de las axilas es especialmente sensible. También debemos tener en cuenta las instrucciones de uso pues al aplicarlos conviene evitar pulverizar cerca de los ojos. Además, los desodorantes en formato aerosol son extremadamente inflamables, ya que es un recipiente a presión entre cuyos ingredientes encontramos el propano que puede incluso reventar si se calienta. Por lo tanto, ciertas precauciones son básicas a la hora de guardarlo en casa, o en el coche, por ejemplo.
Por su parte, los roll on tardan algo más en secar, por este motivo en ocasiones pueden manchar la ropa. Pero es cierto que esta emulsión de desodorante hidrata la piel y puede incluso calmarla si está irritada tras una depilación.
En cualquier caso, ambos desodorantes combaten de maravilla el sudor que emana de nuestras glándulas sudoríparas, siempre que sean antitranspirantes.