Se levanta y desayuna rápido, consigue no alterarse (mucho) con el tráfico de la hora punta, llega puntual a la primera reunión de la mañana en el trabajo, hace parada en la máquina de café, logra contestar a todos los emails pendientes y, aun así, no se pierde su clase diaria de 'kickboxing'. La mujer, que intenta poder con todo, a veces no ve reflejada en su piel toda esa energía que desprende a lo largo del día.
Nos dicen que los 30 son los nuevos 20 (y los 40 los nuevos 30, ¡claro!), así que esperamos que esas primeras señales del paso del tiempo que comienzan a salir a la luz en la treintena, se retrasen todo lo posible. Que la piel luzca tersa, jugosa, luminosa y lisa, como hacía hasta ahora. De ello dependen factores endógenos (como la genética) y exógenos (la alimentación, el ejercicio, el tabaco, el estrés, el sueño…). En los primeros no, pero en los segundos sí podemos intervenir, y está en nuestra mano llevar un estilo de vida que repercuta, no solo en nuestra salud, sino también en la apariencia del cutis.
Además, contamos con otra ayuda: la de la cosmética. Seleccionar un tratamiento facial efectivo es también fundamental para prevenir, tratar y reparar los daños a los que el paso del tiempo somete a la piel. Ese es el poder de las