La piel fina es una piel cuyas capas, sobre todo la epidermis, son más delgadas de lo normal, por eso tiene una apariencia más pálida y traslúcida. Como la dermis también es más delgada y los vasos sanguíneos son más frágiles por eso los hematomas son más frecuentes en estas pieles. También es un problema que va apareciendo y se agrava con la edad. Por eso según la Dermatóloga María Segurado: “La piel fina aunque es la piel más bonita por su textura y su aspecto satinado, es la que más hay que cuidar. Además, con el paso de los años, las capas de la piel se van a ir adelgazando y nuestra piel va a necesitar extremar los cuidados. La rutina cosmética es fundamental, sobre todo la hidratación, incluso varias veces al día y la fotoprotección. Si somos constantes nuestra piel permanecerá sana y bella por mucho tiempo”. Debemos por lo tanto aprender a cuidar nuestra piel de la forma correcta para retrasar tanto como sea posible que esto suceda.
Resulta fácil reconocerla por su superficie uniforme, unos poros poco visibles y ese color sonrosado e incluso traslúcido que permite adivinar alguna que otra venita. Este tipo de piel por su delicadeza exige unos cuidados específicos. ¿Quieres saber cómo cuidar la piel fina para potenciar su belleza? Sigue leyendo.
Antes de hablar sobre el ritual de cuidado de la piel fina, es importante explicar un poco más en detalle cuáles son las características de la piel fina. De esta manera, en caso de que tengas dudas, podrás saber exactamente si la tuya puede considerarse como tal.