Lo cierto es que esta piel es la más delicada del rostro y no es una creencia infundada. De hecho, la epidermis de esta área es aproximadamente diez veces más fina que la que encontramos en el resto de la cara. A esto se añade que su película hidratante es muy fina, puesto que apenas encontramos en ella glándulas sebáceas y sudoríparas.
También la microcirculación sanguínea es más lenta y se drena de manera más deficitaria.
Por todas las razones expuestas, los dermatólogos no recomiendan usar la crema que empleamos habitualmente para todo el rostro, sino una específica. No en vano, los expertos aseguran que las cremas faciales son más ricas en lípidos y si la piel del contorno absorbe demasiada cantidad de estos nutrientes, corremos el riesgo de que se hinche agravando las antiestéticas bolsas o la inflamación de los párpados.
Por otro lado, las fórmulas que se aplican en el área de los ojos deben cumplir con otro requisito importante: no deben incluir perfumes y tienen que haber sido comprobadas no solo a nivel dermatológico sino también oftalmológicamente, con el fin de evitar la irritación de los ojos y para ser utilizada incluso con lentes de contacto.
Por lo tanto, ya tienes suficientes argumentos para utilizar una crema específica y, sobre todo, para no aplicarla al azar. Toma nota de lo que sigue.