Una de las peculiaridades del pepino es que resulta muy rico en ácido cafeico y ascórbico. Estas dos sustancias resultan perfectas para mantener a raya el exceso de líquido en los tejidos inflamados, al tiempo que hidrata, calma y relaja. Tanto es así que, si te quemas la piel por un despiste bajo el sol, podrás recurrir en primer lugar a aliviarla con unas rodajas de pepino. Pero no olvides aplicar los cuidados posteriores que tu piel necesita tras un estrago como ese.
Por supuesto, en los ojos funcionan como un auténtico bálsamo pues los relaja e incluso alivia el enrojecimiento causado por la conjuntivitis. Lo cierto es que un poco de pepino recién cortado puede venirle de perlas a tu ensalada, pero también a tus ojos –como decíamos– pues funciona como colirio natural y rebaja las hinchazones y ojeras. Si tienes tendencia a padecerlas, anota bien este remedio.
Sin duda, el pepino es un ingrediente con gran arraigo en la cosmética pues lo encontramos en mascarillas, cremas limpiadoras, y bálsamos after sun, entre otras. Lo cierto es que es difícil pasar de largo de sus propiedades refrescantes y antiinflamatorias.