Aceite de palma en cosmética ¿es malo para la salud?

Aceite de palma en cosmética ¿es malo para la salud?

Hace unos años salió a la luz un estudio que evidenciaba el decisivo papel que podía desempeñar el aceite de palma en la progresión de la metástasis del cáncer. Ante este descubrimiento, se empezó a demonizar su consumo ya que podía entrañar ciertos riesgos para nuestra salud al contribuir al desarrollo de una enfermedad tan letal. Pero qué pasa con sus usos cosméticos, ¿sucede lo mismo?

 

En concreto, la alarma en la alimentación saltó a raíz de una investigación realizada por el Institute of Research in Biomedicine Barcelona (IRB) que halló una vinculación directa entre el metabolismo de las grasas y la metástasis de las células tumorales. Todo ello inquietó a los consumidores y condujo a la industria alimentaria a un replanteamiento en su uso. Así, muchas marcas decidieron prescindir de esta grasa en las elaboraciones de sus productos.

Usos del aceite de palma en la cosmética

No obstante, en la cosmética no ha despertado tanta preocupación y se sigue empleando igual que antes. Lo cierto es que se recurre a esta sustancia no solo por sus características emolientes, sino también porque es un estupendo texturizante ya que debido a su composición química aporta poca untuosidad al tejido cutáneo. También es cierto que es un producto muy económico.

 

A día de hoy, el uso tanto del aceite de palma, así como de sus derivados, goza de la aprobación de la normativa europea. Además, y a diferencia de otros ingredientes, no existe limitación en su proporción. Ten presente que el aceite de palma no es absorbido por la piel y no va al torrente sanguíneo. Así, como ocurre con todos los aceites, su principal su acción se centra en la epidermis y dermis.

 

Lo cierto es que el aceite de palma goza de propiedades emolientes que lo hacen muy adecuado para la piel seca y deshidratada. Además, aporta ácidos grasos y vitaminas A y E. Por lo tanto, la presencia y uso tópico de este tipo de grasa es más común en la cosmética de lo que podríamos llegar a pensar:

 

  • Elaboración de cremas y lociones.
  • Jabones.
  • Pasta de dientes.
  • Cremas solares.
  • Etc.

 

Así, su presencia en la lista de ingredientes de un producto –también conocido como INCI– se puede reconocer fácilmente bajo nombres tan diversos como ácido palmítico, ácido esteárico, sodium palmitate o aceite vegetal.

 

No obstante, es innegable que en torno a su uso existe una importante problemática de índole medioambiental dado que su cultivo implica, en ocasiones, deforestar y destruir el hábitat de animales como el orangután. Por este motivo, muchas grandes marcas se decantan por utilizar aceite de palma procedente de cultivos sostenibles que garantizan el máximo respeto al entorno.

Otros aceites vegetales

También es posible recurrir a otras opciones de aceites vegetales como el de argán, girasol aceite de oliva o almendras. En suma, existen buenas alternativas al aceite de palma a las que podríamos recurrir como sustitutivos.

 

En cualquier caso, conviene dejar sentado que el aceite de palma en la cosmética resulta completamente inocuo para la salud.

 

Fuentes consultadas:

 

dermatóloga

Contenido validado por

Dra. María Agustina Segurado

Especialista en Dermatología