El vello encarnado es más común en las zonas donde el vello resulta más grueso, como los genitales o la barba. También las áreas con pliegues o sometidas a constantes roces, como las axilas, son más propensas a ello. Por lo tanto, tras la depilación o el afeitado, uno o más pelos crecen indebidamente dentro de la piel. En estas situaciones, el organismo lo identifica como un cuerpo extraño y reacciona inflamándose y puede causar dolor en la zona puesto que si se infecta puede formarse pus en su interior.