Primera pregunta:
¿Existe de verdad una vida equilibrada?
Respuesta: por supuesto. Podemos alcanzar este equilibrio en cuatro ámbitos de nuestra vida: las relaciones, el trabajo, la salud y asuntos relacionados con el futuro. Pero es importante definir las metas y los deseos en cada ámbito: esto contribuye a ordenar tus pensamientos.
Segunda pregunta: ¿Tienen que estar en equilibrio los cuatro ámbitos?
Respuesta: no. Tú determinas qué porcentaje de tu energía se asigna a cada ámbito. Compara y analiza si tus deseos se corresponden con tu situación actual y en el caso de que la respuesta sea no, plantéate qué puedes hacer para cambiarlo.
Tercera pregunta: De modo que la proporción ha de ser la adecuada para mí, ¿no?
Respuesta: exacto. No tiene que ser perfecta en todos los ámbitos, pero debes estar a gusto con la forma en que repartes tu tiempo, que al final viene determinada por cómo te sientes tú, si eres feliz o no. Tomar esta decisión es lo más importante.
Cuarta pregunta: ¿Cómo me libero del peso de querer dedicarle el cien por cien a todo?
Respuesta: con aplomo. Pregúntate: si no hago algo a la perfección, ¿se acabará el mundo? ¿Qué es lo peor que podría pasar? Aprendiendo a "quitarle hierro" a las cosas seguro consigues sentirte más liberada y relajada.
Quinta pregunta: ¿Hay otros consejos concretos para la vida diaria?
Respuesta: define un plan diario; realizar tareas te levantará el ánimo. Y, si necesitas descansar, deja a un lado las tareas y céntrate en lo que te dice tu cuerpo. Siéntate en un lugar cómodo, escucha tu respiración y date tiempo para recuperar el ritmo.