CALAMBRES EN LAS PIERNAS DURANTE EL EMBARAZO

La fatiga muscular, la retención de líquidos en el organismo, el exceso de fósforo o la carencia de calcio pueden ser los motores de los dolorosos calambres nocturnos en las piernas. Es como ser apuñalado en la pantorrilla. Como siempre, la ayuda más eficaz suele ser la más fácil.

Si sientes que se avecina un calambre, actúa inmediatamente. Aunque el movimiento del calambre te resulte incómodo, acortará el dolor del músculo y la pantorrilla te dolerá mucho menos al día siguiente. ¿Qué podemos hacer para mitigar el dolor?

• Estira suavemente el músculo afectado extendiendo el dedo del pie y luego sacando el talón.
• A su vez, presiona los dedos de los pies hacia el cuerpo.
• A continuación, masajea el músculo suavemente (o haz que tu pareja lo haga por ti).
• Las compresas secas y calientes también pueden ayudar a destensar las piernas
• Caminar suavemente también relajará el músculo

Sigue una dieta sana y bebe mucha agua. Limita el consumo de refrescos con alto contenido en fósforo y calorías vacías, que no son buenos ni para ti ni tu futuro bebé.

Haz ejercicio al menos un rato cada día. Estira las piernas sutilmente: saca los talones y mueve los tobillos cuando estés sentada en el trabajo o en el autobús.

Asegúrate de que tu cuerpo recibe al menos 1.000 mg de calcio al día (un vaso de leche caliente antes de acostarte cubrirá aproximadamente un tercio de tus necesidades diarias). Vigila también tu consumo de magnesio y sodio.

Deja a un lado los zapatos de tacón alto y déjate llevar por la comodidad de las zapatillas de deporte u otros zapatos de tacón bajo. Tanto los zapatos de tacón de aguja como los de cuña alta suponen un esfuerzo excesivo para el músculo de la pantorrilla.

¡ATENCIÓN! En el embarazo, las mujeres son más propensas no solo a los calambres, sino también a la trombosis venosa. Si el dolor en el músculo persiste, la pantorrilla está enrojecida o hinchada, acude al médico inmediatamente.