Aunque empezar a usar un champú para pelo graso es una medida increíble para combatir el sebo, hay ciertos consejos que puedes aplicar en el día a día que se sumarán a tu causa:
- Lávate el pelo con agua tibia, pues si está muy caliente puedes favorecer la aparición de grasa ya que esta mantiene los poros abiertos que producen el sebo.
- Cepíllate el pelo a diario a pesar de que en apariencia no lo necesites. Con este sencillo gesto lograrás repartir el exceso de sebo de una manera homogénea por todo el cuero cabelludo, además de activar la circulación y eliminar el polvo. El cepillado es especialmente importante si vives en una ciudad grande donde la contaminación es una constante.
- Lavarte el pelo de vez en cuando con vinagre de manzana también puede ayudarte a equilibrar el pH del cuero cabelludo y reducir la secreción de sebo que te lleva de cabeza.
- Tras mojarlo, sécalo con suavidad. Así que olvídate de frotarlo con vigor con una toalla. Decántate por secarlo con suavidad desde la raíz a las puntas. Y si empleas el secador, mantenlo a una distancia adecuada y que la temperatura no sea muy alta. Pero en cuanto llegue el buen tiempo, aparca el aparato en el cajón, y sécalo al aire.
- Evita tocarte el cabello pues cada vez que lo haces, te expones a ensuciarlo un poco más.
En cualquier caso, si eres mujer, aprende un buen repertorio de moños, coletas, recogidos o trenzas para disimular la suciedad de tu pelo y salir del paso de una manera estilosa.
No obstante, es imposible que, con un champú para pelo graso en la ducha y la puesta en práctica de todos estos remedios, ese pelo graso se te resista mucho más. Lo dicho. ¡Tiene los días contados!