Lo cierto es que después de ducharnos por la noche, nos puede entrar algo de pereza y nos metemos en la cama sin habernos secado debidamente el pelo. Sin embargo, como decíamos, irse a dormir con la melena mojada o húmeda puede tener repercusiones negativas porque es una práctica que debilita el pelo y que lleva a que éste se quiebre con mayor facilidad. Además, favorece la proliferación de hongos y bacterias, a irritaciones en el cuero cabelludo debidas a la maceración que produce la humedad o a la aparición de la antiestética caspa.
Tampoco hay que perder de vista que el cabello podría volverse incluso más graso, ya que las glándulas sebáceas pueden verse alteradas por la humedad. Y, por último, podríamos despertar al día siguiente con el pelo demasiado enmarañado y con nudos. Por lo tanto, te exigirá un trabajo extra con el cepillo o con el peine, hecho que contribuirá a quebrar aún más tu cabello, y que te podrías haber ahorrado con un simple secado la noche anterior.
Dormir con el cabello húmedo también enfría la temperatura corporal en esa zona, y puede ocasionar dolores de cabeza intensos o molestias musculares. Y si estamos en invierno, a la mañana siguiente es posible que nos despertemos con los síntomas inequívocos de un resfriado.
No hay estudios que demuestren una relación entre dormir con la melena mojada y la caída del pelo, pero viendo todos los demás puntos en contra que tiene esta práctica, creo que ya te habremos convencido para desestimarla.