Hay una serie de mitos en torno al crecimiento del cabello. Sin embargo, no hay que creer en todos ellos. Te contamos qué hay detrás de los mitos y si son ciertos o no.
1. EL PELO CRECE MÁS RÁPIDO AL MEDIODÍA.
El cabello no crece al mismo ritmo en todo momento, pero las diferencias son mínimas: crece más lentamente en invierno que en verano, y más rápido durante el día que por la noche, especialmente hacia el mediodía.
2. EL PELO DE LOS HOMBRES CRECE MÁS RÁPIDO
Por término medio, en las mujeres europeas hay unas 200 raíces de pelo por centímetro cuadrado de cuero cabelludo. En los hombres, el pelo suele ser algo más denso y crece más rápido.
3. POR QUÉ RAPUNZEL SOLO APARECE EN LOS CUENTOS DE HADAS
¿Preciosa e interminable melena para atrapar a un príncipe? Eso solo existe en los cuentos de hadas. Como cada cabello está sujeto a un ciclo de crecimiento fijo, se cae al cabo de 2 a 6 años. En este tiempo puede llegar a medir como máximo 1 metro.
4. CORTAR LAS PUNTAS ACELERA EL CRECIMIENTO DEL CABELLO
No es cierto. No conseguirás un pelo largo más rápido cortando las puntas regularmente. Sin embargo, se recomienda recortar las puntas cada 4 o 6 semanas. El cabello se verá más sano y con más volumen en las puntas.
5. LAS FASES LUNARES INFLUYEN EN EL CRECIMIENTO DEL CABELLO
No es cierto. En cualquier caso, aún no se ha demostrado científicamente que el pelo crezca más rápido si se corta durante determinadas fases de la luna.
6. EL CABELLO OSCURO CRECE MÁS RÁPIDO QUE EL RUBIO
No es cierto. La velocidad de crecimiento de un cabello está programada genéticamente. El color del pelo no tiene nada que ver. Sin embargo, el pelo oscuro suele ser un poco más grueso que el claro y no se rompe tan rápido. Esto puede dar la impresión de que las personas morenas o de pelo negro tienen un crecimiento del cabello más activo que las rubias.
7. EL ESTRÉS FAVORECE LA CAÍDA DEL CABELLO
Es cierto. Si el cuerpo está bajo mucha tensión, se liberan mensajeros del estrés que tienen un efecto en la regulación del crecimiento del cabello. Además, la concentración de la hormona del estrés, el cortisol, en la sangre aumenta considerablemente. El estrés constante irrita las glándulas sebáceas de este modo y puede provocar un aumento de la caída del cabello.